lunes, 29 de agosto de 2011

Me gusta, no me gusta:

Me gustan demasiadas cosas. Reír, saltar, el olor del césped recién cortado, las estrellas, el cielo... las nubes. Me gustan las nubes, pero no todas, solo las blancas cuando contrastan con el cielo azul, me gusta imaginar que las toco o que floto en ellas. Me gustan, porque al verlas, siento la libertad, la tranquilidad, el dejarse llevar. No hay cosa que me relaje más que verlas tumbada en la hierba, o desde un avión, ver como se desplazan lentamente. Buscarles formas, admirarlas, pensar en ser una de ellas, tan esponjosas, tan blancas. Cuando las veo, no soy capaz de imaginar que están hechas de agua. Y esa es otra razón, se me hace inimaginable. Pensar que esa nube, tan aparentemente suave, es en realidad agua que después cae como lluvia, es fantástico. A su vez, las veo como una cosa medianamente alcanzable, es decir, las estrellas por ejemplo, son completamente inalcanzables, solo las puedes ver de noche, como pequeños reflejos, mientras que las nubes no están tan lejos de ti. Cuando vas en avión, las rozas, cuando subes una montaña muy alta, están a tu alcance incluso a veces, las puedes tocar. Pero me gustan más de lejos. Contemplarlas, relajarme e imaginarme cosas a raíz de ellas.
Sobre lo que no me gusta, también tengo una lista bastante amplía, entre los engaños, las mentiras, las verduras… pero detesto la vergüenza. Esa sensación, sentimiento o ese miedo, que hace que no nos mostremos al cien por cien. No entiendo a que se debe, no entiendo porque nuestras mejillas, delatadoras, se ponen de color rojo. Porque cuando nos ven en público, cuando hablamos con alguien por primera vez, sentimos esa terrible vergüenza, que hace que te equivoques o que no te muestres como eres. Cuando hacemos el tonto, o cuando hacemos algo importante, los nervios se mezclan con ella y hacen una mezcla que puede complicar muchas situaciones. Me gustaría poder hacer desaparecer la vergüenza, dejar los revoloteos en el estomago y el resto de las cosas, pero eliminar ese miedo a dar una mala impresión, o no sé a qué. O simplemente, me gustaría no sentirla, poder ser capaz de que me diera exactamente igual lo que pensaran los demás. Dedicarme a ser feliz, sin la vergüenza.

1 comentario:

  1. Holaa :) Verás, he visto este blog http://lachicadelasmanzanasverdes.blogspot.com.es/ que me parecía sospechoso y me he puesto a buscar las entradas en google... asi que, creo que te han plaiado.. :( Lo siento, pero creía que debía avisarte. Bueno, un beso! :)

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