Todos tendemos de alguna manera a leer nuestra vida como una historia. Mi vida tiene que tener un sentido, un significado. Todo lo que vivimos, lo encajamos en una historia. Pero la vida no es así, no tiene narrador, por tanto, no hay nadie que nos dirija a parte de nosotros mismos. En la vida, solo hay un punto de vista, nunca podremos salir de nosotros mismos y ver las cosas de otra manera, y por tanto , la única e indiscutible verdad absoluta que vamos a conocer, es la de nuestra conciencia. La vida, en principio, no tiene sentido. Ocurre lo que ocurre porque ocurre. Avanzamos hacia la decrepitud, y la fatalidad es inevitable si el destino está concebido, pero a su vez, también lo es la genialidad.
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